mitosis
Todos los organismos vivos utilizan la división celular,
bien como mecanismo de reproducción, o como mecanismo de crecimiento del
individuo. Lo seres unicelulares utilizan la división celular para la
reproducción y perpetuación de la especie, una célula se divide en dos células
hijas genéticamente idénticas entre sí e idénticas a la original, manteniendo
el número cromosómico y la identidad genética de la especie. En organismos
pluricelulares la división celular se convierte en un proceso cíclico destinado
a la producción de múltiples células, todas idénticas entre sí, pero que
posteriormente pueden derivar en una especialización y diferenciación dentro
del individuo.
Desde un punto de vista puramente evolutivo un organismo
unicelular es simplemente una estructura dentro de la cual se realizan las
funciones vitales básicas de nutrición y reproducción. Las únicas presiones
selectivas son la adquisición de alimento y las fuerzas de tensión
superficial. El organismo unicelular debe por tanto aislarse del medio mediante
una membrana o pared que le permita adquirir alimento a la vez que soporte las
fuerzas de tensión superficial del medio en que se desarrolla. Dicho organismo,
en su lucha contra el medio, y para poder crecer y optimizar sus funciones, va
adquiriendo nuevas funciones como la excreción, la relación, etc, para ello va
adquiriendo o desarrollando diversos orgánulos, pero llega un momento en que la
célula no podría albergar en su interior tantos orgánulos y funciones, pues la
presión del medio impediría que la célula adquiriera el tamaño y volumen
necesario para ello. Bajo este supuesto los organismos evolucionan
convirtiéndose de unicelulares a pluricelulares, así cada célula puede
especializarse en diversas funciones y diferenciarse en un trabajo
específico. Los organismos pasan de luchar contra las fuerzas de tensión
superficial, a combatir contra la fuerza de la gravedad, para ello se
convierten en organismos pluricelulares, en el cual las células se agrupan en
tejidos, órganos y sistemas, cada uno especializado en una función determinada
y cada célula diferenciada en realizar una actividad concreta. Para un
organismo pluricelular, la división celular es un mecanismo cíclico el cual le
permite el aumento del número de células, y a partir de esas células lograr una
especialización y una funcionalidad concreta.
El Ciclo Celular
Cuando una célula se divide en dos, uno ambos productos de
la división pueden volver a dividirse, estableciéndose de esta forma un
ciclo de división celular, el período entre dos mitosis consecutivas, se
denomina interfase. El estado normal de una célula es con los cromosomas en
estado de un cromatidio, es decir en estado de una doble hélice de ADN.
Indudablemente para que una estructura pueda dividirse en dos exactamente
iguales, esta estructura ha de estar duplicada, es decir todos sus componente
repetidos y separados en estructuras diferenciadas. El cromosoma antes de
dividirse debe pasar a un estado en el que posea dos cromatidios, genéticamente
idénticos. La duplicación del materia genético ha de ser previo a la división
celular.
En la interfase del ciclo de división celular podemos
distinguir tres períodos:
G1.- Es un estadío que se caracteriza por
ser genéticamente activo, el ADN se transcribe y se traduce, dando lugar a
proteínas necesarias para la vida celular y sintetizando las enzimas y la
maquinaria necesaria para la síntesis del ADN.
Fase S.- Es la fase en la cual se duplica
por entero el material hereditarios, el cromosoma pasa de tener un cromatidio a
tener dos, cada uno de ellos compuesto por una doble hélice de ADN producto de
la duplicación de la original, como la replicación del ADN es semiconservativa,
las dos dobles hélices hijas serán exactamente iguales, y por tanto los cromatidios
hermanos, genéticamente idénticos.
G2.- Durante este período se ultima la
preparación de todos los componentes de la división celular, al final de esta
fase, se produce una señal que dispara todo el proceso de la división celular.
La división celular se compone de dos partes, la
división del núcleo (cariocinesis, o mitosis) y la del citoplasma
(citocinesis). La división del núcleo es exacta, se reparte equitativamente el
material hereditario, mientras que la citocinesis puede no serlo, es decir el
reparto de orgánulos citoplásmicos y el tamaño de las dos células puede no ser
equitativo ni igual.
Durante la mitosis el
ADN va a estar totalmente empaquetado y supernrollado, inaccesible a
polimerasas y transcriptasas, es por ello que toda la actividad funcional del
ADN ha de realizarse en la interfase previa a la cariocinesis.
Al final de la
mitosis, la célula entra en interfase, si esa célula ya no se va a dividir más,
entra en lo que se denomina período G0, si por el contrario esa célula va a volver
a dividirse entra de nuevo en el período G1 previo a la síntesis del ADN, e
iniciándose un nuevo ciclo de división celula.
Las fases de
mitosis
La mitosis es un proceso continuo,
que convencionalmente se divide en cuatro etapas: profase, metafase, anafase y telofase.
Profase (pro:
primero, antes). Los cromosomas se visualizan como largos filamentos dobles,
que se van acortando y engrosando. Cada uno está formado por un par de
cromátidas que permanecen unidas sólo a nivel del centrómero. En esta etapa los
cromosomas pasan de la forma laxa de trabajo a la forma compacta de transporte.
La envoltura nuclear se fracciona en una serie de cisternas que ya no se
distinguen del RE, de manera que se vuelve invisible con el microscopio óptico.
También los nucleolos desaparecen, se dispersan en el citoplasma en forma de
ribosomas.
Metafase (meta:
después, entre). Aparece el huso mitótico o acromático, formado
por haces de microtúbulos; los cromosomas se unen a algunos microtúbulos a
través de una estructura proteica laminar situada a cada lado del centrómero
, denominada cinetocoro. También hay microtúbulos polares, más largos, que se
solapan en la región ecuatorial de la célula. Los cromosomas muestran el
máximo acortamiento y condensación, y son desplazados por los microtúbulos
hasta que todos los centrómeros quedan en el plano ecuatorial. Al final de la
metafase se produce la autoduplicación del ADN del centrómero, y en
consecuencia su división.
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Anafase (ana: arriba, ascendente). Se
separan los centrómeros hijos, y las cromátidas, que ahora se convierten en
cromosomas hijos. Cada juego de cromosomas hijos migra hacia un polo de la
célula. El huso mitótico es la estructura que
lleva a cabo la distribución de los cromosomas hijos en los dos núcleos hijos.
El movimiento se realiza gracias a la actividad de los microtúbulos
cromosómicos, que se van acortando en el extremo unido al cinetocoro. Los
microtúbulos polares se deslizan en sentido contrario, distanciando los dos
grupos de cromosomas hijos.
Telofase (telos:
fin). Comienza cuando los cromosomas hijos llegan a los polos de la célula.
Los cromosomas hijos se alargan, pierden condensación, la envoltura nuclear
se forma nuevamente a partir del RE rugoso y se forma el nucleolo a partir de
la región organizadora del nucleolo de los cromosomas SAT.
Citocinesis y formación de la pared
celular
Citocinesis es la división del citoplasma, ocurre luego que
se ha dividido el núcleo en dos núcleos hijos durante la mitosis. En las
plantas superiores, durante la telofase tardía, aparece en el ecuador de la
célula, una estructura llamada fragmoplasto.
Genetica
La genética es el estudio de la herencia, el proceso en el cual un padre le transmite ciertos genes a sus hijos. La apariencia de una persona (estatura, color del cabello, de piel y de los ojos) está determinada por los genes. Otras características afectadas por la herencia son:
Nombres alternativos ha sido extendido.
Para la mayoría de los trastornos genéticos, se recomienda asesoría genética. Es posible que muchas parejas también quieran buscar diagnóstico prenatal si uno de ellos tiene un trastorno genético.
TRASTORNOS GENÉTICOS
Casi todas las enfermedades tienen un componente genético, pero la importancia de ese componente varía. Los trastornos en los cuales los genes juegan un papel importante (enfermedades genéticas) se pueden clasificar como:
Un trastorno monogenético, también llamado trastorno mendeliano, es causado por un defecto en un gen particular. Los trastornos monogenéticos son poco comunes, pero dado que hay cerca de 4,000 trastornos monogenéticos conocidos, su impacto combinado es considerable.
Los trastornos monogenéticos se caracterizan por la forma como se transmiten en familias. Hay cinco patrones básicos de herencia monogenética:
El efecto observado de un gen (la apariencia de un trastorno) se denomina el fenotipo.
En la herencia autosómica dominante, la anomalía o anomalías generalmente aparecen en cada generación. Cada vez que una mujer afectada tenga un niño, ese niño tendrá un 50% de probabilidad de heredar la enfermedad.
Las personas con una copia del gen para enfermedad recesiva se denominan portadores y normalmente no manifiestan síntomas para la enfermedad. Sin embargo, el gen a menudo puede encontrarse por medio de pruebas de laboratorio sensibles.
En la herencia autosómica recesiva, es posible que los padres de una persona afectada pueden manifiesten la enfermedad (son portadores). En promedio, la probabilidad de que los padres portadores pudieran tener niños que desarrollen la enfermedad es del 25% con cada embarazo. Los niños y las niñas tienen las mismas probabilidades de resultar afectados. Para que un niño tenga los síntomas de un trastorno autosómico recesivo, debe recibir el gen anormal de ambos padres. Debido a que la mayoría de los trastornos recesivos son raros, un niño tiene mayor riesgo de una enfermedad recesiva si los padres tienen lazos de consanguinidad. Los parientes tienen una probabilidad más alta de haber heredado el mismo gen raro de un ancestro común.
En la herencia recesiva ligada al cromosoma X, la probabilidad de contraer la enfermedad es mucho mayor en los hombres que en las mujeres y, debido a que el gen anormal lo porta el cromosoma X, los hombres no lo trasmiten a sus hijos varones (que recibirán el cromosoma Y de sus padres). Sin embargo, sí lo transmiten a sus hijas. En las mujeres, la presencia de un cromosoma X normal enmascara los efectos del cromosoma X con el gen anormal. De esta manera, casi todas las hijas de un hombre afectado por la enfermedad parecen normales, pero todas son portadoras del gen anormal y cada vez que tengan un hijo, hay un 50% de probabilidades de que reciba el gen anormal.
En la herencia dominante ligada al cromosoma X, el gen anormal aparece en las mujeres, incluso así también haya un cromosoma X normal presente. Dado que los hombres le pasan el cromosoma Y a sus hijos varones, los hombres afectados no tendrán hijos varones afectados, pero todas sus hijas sí resultarán afectadas. Los hijos o hijas de mujeres afectadas tendrán un 50% de probabilidades de contraer la enfermedad.
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